The spiritual and ritual meaning of light in Jewish tradition.
"Light is the primordial symbol of divine presence, the first act of creation that illuminates our path toward the sacred."
In Hebrew, the word "light" is "אוֹר" (pronounced "or"). This fundamental concept appears in the first words of Genesis, where God says "יְהִי אוֹר" (Yehi Or) - "Let there be light". This first act of creation establishes light as a primordial symbol in Jewish tradition.
Light in Judaism represents much more than a physical phenomenon; it is a symbol of divine presence, wisdom, truth, hope, and spiritual guidance. Through various sources and texts, light has been interpreted and reinterpreted, developing layers of meaning that enrich our understanding of Jewish spirituality.
Los textos sagrados judíos a menudo comparan la Torá y la sabiduría con la luz. En Proverbios 6:23 se afirma: "Porque el mandamiento es lámpara, y la enseñanza es luz". Esta metáfora sugiere que así como la luz física nos permite ver y navegar por el mundo material, la luz de la Torá y sus enseñanzas nos guían a través del camino espiritual.
Los sabios del Talmud son frecuentemente descritos como portadores de luz, iluminando el camino para otros a través de su interpretación de la ley y sus enseñanzas éticas. Esta conexión entre luz y conocimiento se mantiene como un tema constante en la literatura judía a lo largo de los siglos.
Or - Luz
La luz juega un papel crucial en varios rituales y festividades judías:
El encendido de las velas para dar la bienvenida al Shabat simboliza la paz, la alegría y la santidad que este día trae a nuestros hogares. La luz de las velas de Shabat transforma lo ordinario en sagrado, marcando una transición del tiempo profano al tiempo sagrado.
Conocida como la "Fiesta de las Luces", Janucá conmemora el milagro del aceite que ardió durante ocho días en el Templo. El encendido progresivo de la januquiá (candelabro de Janucá) representa la victoria de la luz sobre la oscuridad, de la libertad sobre la opresión.
La ceremonia de Havdalá marca el final del Shabat con el encendido de una vela trenzada, simbolizando la separación entre lo sagrado y lo profano, la luz y la oscuridad, el Shabat y los días de trabajo.
En la Cabalá y otras tradiciones místicas judías, la luz ocupa un lugar central en la cosmogonía y en la comprensión de la relación entre Dios y la creación:
La "Luz Infinita" o "Or Ein Sof" es un concepto cabalístico que representa la luz divina primordial antes de la creación. Esta luz infinita es considerada como la manifestación de la esencia divina, demasiado poderosa para ser contenida en el mundo finito.
Según la Cabalá luriánica, para crear el mundo, Dios retiró su luz infinita (tzimtzum), creando un espacio vacío donde el mundo finito podría existir. Durante la creación, los "vasos" (kelim) no pudieron contener la intensa luz divina y se rompieron (shevirat ha-kelim), dispersando chispas divinas por todo el cosmos.
El concepto de "tikkun olam" (reparación del mundo) implica que los seres humanos tienen la responsabilidad de reunir estas chispas divinas a través de actos de bondad, estudio de la Torá y observancia de los mandamientos, restaurando así la armonía cósmica y permitiendo que la luz divina fluya libremente una vez más.
En la literatura judía, la luz sirve como una metáfora poderosa para una variedad de conceptos espirituales:
La luz representa la esperanza en tiempos oscuros, una creencia fundamental que ha sostenido al pueblo judío a través de siglos de persecución y adversidad.
El profeta Isaías habla de traer "luz a las naciones", entendido como una misión de promover la justicia y la ética en el mundo.
La luz simboliza la revelación divina, los momentos de claridad espiritual cuando las verdades divinas son reveladas a la humanidad.
El alma humana es comparada con una vela divina, como dice Proverbios 20:27: "El alma del hombre es la lámpara de Dios."
En el Templo de Jerusalén, la Menorá de siete brazos ardía como un testimonio continuo de la presencia divina. Hoy en las sinagogas, el Ner Tamid (luz perpetua) brilla frente al Arca Sagrada.
La luz es más que un símbolo: es testigo. Donde hay una chispa, hay vida judía. Incluso en el exilio, muchas familias sefardíes mantuvieron encendidos candelabros, lámparas o velas como expresión de su fidelidad a una identidad que no podían proclamar.
"En cada sinagoga, la luz eterna recuerda la presencia constante de lo divino, un reflejo de la Menorá que brillaba en el Templo sagrado de Jerusalén."
"Así como una pequeña vela puede encender mil velas sin disminuir su propia luz, la luz de la sabiduría y la bondad puede propagarse infinitamente sin agotarse."
Ner Tamid - La Luz Eterna
"En cada sinagoga, la luz eterna recuerda la presencia constante de lo divino, un reflejo de la Menorá que brillaba en el Templo sagrado de Jerusalén."
"Así como una pequeña vela puede encender mil velas sin disminuir su propia luz, la luz de la sabiduría y la bondad puede propagarse infinitamente sin agotarse."
La luz, en todas sus manifestaciones, ha sido y sigue siendo un símbolo central en la vida judía. Desde el primer acto creativo divino hasta la humilde vela de Shabat, la luz sigue iluminando el camino de generaciones de judíos por todo el mundo.
Sea en sinagogas resplandecientes o en humildes hogares, la luz judía continúa brillando, recordándonos nuestra conexión con lo divino, nuestra responsabilidad con el mundo y la esperanza inquebrantable en un futuro más luminoso.