Origen, Historia y Diáspora
Descubre el origen, la historia y el significado de apellidos sefardíes que viajaron desde Sefarad hasta América. Una guía para reconectar con tus raíces, explorando 10 apellidos: León, Carrión, Sánchez, Arias, Méndez, De la Peña, Navarro, Ramírez, Zapatero y Vargas, con su historia documentada a través de los siglos y continentes.
A continuación, se presentan apellidos de origen español/portugués con arraigo sefardí, organizados por orden alfabético. Para cada apellido se detalla su origen lingüístico e histórico, registros documentados entre judíos o conversos, su presencia en la diáspora sefardí tras la expulsión de 1492 y ejemplos de familias o personalidades destacadas que lo llevaron.
Apellido de origen toponímico, hace referencia al antiguo reino de León en España. Entre los judíos medievales podía aludir no solo a la procedencia geográfica, sino también al simbolismo del "león de Judá", emblema de la tribu de Judá. De hecho, "León" o "de León" fue un nombre frecuente entre judíos hispanos desde al menos el siglo X, cuando ya había comunidades judías en la ciudad de León.
Aparece tanto entre cristianos viejos como en linajes judeoconversos. Un caso notable es fray Luis de León (1527–1591), fraile agustino y humanista de ascendencia conversa, quien fue acusado por la Inquisición (aunque más por disputas teológicas que por judaizantes). Entre los judíos prominentes de la Edad Media se encuentran Moisés de León (Castilla, s. XIII), autor del Zohar, y Judá León Abravanel (conocido como León Hebreo).
Tras la expulsión de 1492, familias conversas con este apellido se dispersaron por el mundo. Una rama destacada fue la numerosa familia de Luis de Carvajal (el Viejo), conquistador de origen converso, algunos de cuyos parientes llevaron el apellido León a Nueva España (México) en el siglo XVI. De hecho, gracias a esta familia, el apellido se arraigó en México con varias ramas genealógicas.
Además de los ya mencionados Moisés de León y Judá León Abravanel, cabe citar a Luis de Carvajal "El Mozo", sobrino del anterior, quien adoptó el nombre judío Joseph Lumbroso; aunque su apellido original era Carvajal, varios de sus familiares de sangre León fueron importantes en la historia de los criptojudíos en México. En siglos posteriores, familias sefardíes con apellido León se asentaron en el Imperio Otomano (ej. en Salónica).
Apellido toponímico derivado de localidades llamadas Carrión (por ejemplo, Carrión de los Condes, en Palencia). En la documentación antigua aparece en formas arcaicas como Carión, Cario o Cariom, especialmente antes de la normalización ortográfica de Nebrija. De hecho, era habitual anteponer la preposición "de" (de Carrión) indicando procedencia, costumbre que se fue perdiendo con el tiempo.
"Carrión" fue llevado por judíos en la España medieval. Un ilustre ejemplo es el poeta hebreo del siglo XIV Sem Tob ben Ishaq ibn Ardutiel, más conocido como Sem Tob de Carrión por su lugar de origen (Carrión de los Condes). Este escritor judío adoptó el nombre de su villa castellana, evidencia de cómo los judíos hispanos tomaban apellidos toponímicos. Durante el siglo XV, el apellido aparece entre conversos.
Tras 1492, parte de los Carrión expulsados se refugiaron en diversos países. Sus descendientes se documentan en Bélgica, Francia e Italia, e incluso en el continente americano siglos después. La dispersión geográfica de este linaje demuestra la ruta seguida por ciertos exiliados: algunos Carrión aparecen posteriormente en Flandes y Francia, integrándose a comunidades sefarditas locales.
Además del mencionado Sem Tob de Carrión, destaca Joseph de Carrión (alias Josué Carrión), un comerciante sefardí del siglo XVI avecindado en Amberes, quien aparece en correspondencias mercantiles de la época como miembro de la "Nación portuguesa" (comunidad de conversos retornados al judaísmo). En España, uno de los últimos miembros notorios de este linaje fue Luis de Carrión, un médico de origen converso procesado por la Inquisición en Toledo.
Apellido patronímico formado a partir del nombre propio Sancho. Significa literalmente "hijo de Sancho". Es uno de los apellidos más difundidos en el mundo hispano, sin un tronco único, ya que múltiples linajes adoptaron el "Sánchez" de manera independiente. Entre los judíos hispanos fue extraordinariamente común, al punto de considerarse de "preferencia especial" para muchos conversos.
Numerosas familias Sánchez se convirtieron al cristianismo en 1492 permaneciendo en la península. Algunas ocuparon puestos destacados: se sabe que el rey Fernando el Católico se rodeó de colaboradores de origen converso, entre ellos cinco hermanos apellidados Sánchez, hijos de un judío converso, que alcanzaron altos cargos en su corte. Igualmente famoso fue el médico Juan Sánchez Valdés de la Plata, cristiano nuevo que ejerció en el siglo XVI y escribió una crónica notoria.
Tras la expulsión, algunas ramas familiares Sánchez optaron por exiliarse y volver al judaísmo en tierras más tolerantes. En el siglo XVII encontramos familias Sánchez integradas en las comunidades sefardíes de Ámsterdam y Londres, aunque con el tiempo varias se asimilaron a la sociedad local no judía. Por ejemplo, en Ámsterdam figuran en registros de la comunidad portuguesa nombres como Jacob de David Sánchez o Abraham Sánchez.
En la historia sefardí, además de los ya mencionados cortesanos de Fernando el Católico, podemos citar al erudito Alfonso Sánchez (alias Abraham Seneor), quien fue un notable rabino castellano del siglo XV antes de su conversión forzosa (aunque luego tomó el apellido Coronel). Asimismo, en la diáspora otomana destacó el talmudista Samuel ben Shalom ha-Santzi cuyo apellido Santzi o Sanzi es una derivación de Sánchez adaptada al hebreo.
Apellido patronímico derivado de Arias, un antiguo nombre de pila de origen incierto. Algunos autores lo sitúan en el noroeste ibérico (Galicia, Asturias o León) y proponen que proviene del latín Arianus o incluso del dios griego Ares. Sin embargo, el historiador Isaac Benabraham sugiere un vínculo hebreo: habría surgido como adaptación del nombre bíblico Uriyah (Urías), con el posible significado oculto de "el león de Israel está en lo alto".
Arias se encuentra frecuentemente entre los judíos y conversos de España y Portugal. Por ejemplo, en la ciudad de Ciudad Real, en 1492, numerosas familias conversas llevaban este apellido. Posteriormente, la Inquisición continuó vigilando a ciertos "Arias". Un personaje notable fue Benito Arias Montano (1527–1598), humanista, hebraísta y editor de la Biblia Políglota de Amberes.
Varias familias Arias optaron por exiliarse tras los edictos de expulsión. Este apellido se arraigó entre los sefardíes de Portugal (donde a veces se castellanizó como Arias o se mantuvo igual) y más tarde pasó a la diáspora americana. En el siglo XVI-XVII encontramos comerciantes sefarditas de apellido Arias instalados en plazas comerciales del Brasil portugués y en el Caribe. También hubo Arias en las comunidades de refugiados en Italia y el Imperio Otomano.
Además de Arias Montano (representante de los cristianos nuevos eruditos) y de la poderosa familia Arias Dávila, merece mención la figura de Sem Tob "Santob" de Carrión, cuyo nombre hebreo Shem Tov fue traducido como Santob y a veces aparece referido como Santob Arias – según algunas interpretaciones, Arias sería aquí una castellanización de "ben Aryeh" (hijo de León), reforzando la idea del "león de Israel" que antes mencionábamos.
Apellido patronímico derivado del nombre propio medieval Mendo o Mem de Sá. Proviene probablemente del germánico Menendo (documentado entre la nobleza visigoda) y significa "hijo de Mendo". Este apellido surgió de forma independiente en diversas regiones de España (Galicia, Asturias, Andalucía, etc.) y también en Portugal (donde adopta la forma Mendes, sin tilde).
Méndez se difundió mucho entre los judeoconversos de la península. Los Méndez fueron perseguidos por la Inquisición, ya que muchos, aun bautizados, continuaron practicando en secreto el judaísmo. En los procesos inquisitoriales de fines del s. XV y XVI abundan casos: por ejemplo, en 1490 fue quemado en Toledo Juan González (Méndez) de Ciudad Real junto a otros conversos; en Lisboa, 1543, entre los relajados figuró Ana Méndez por judaizante.
Tras la expulsión de 1492, gran número de judíos apellidados Méndez se refugiaron en Portugal, donde poco después enfrentaron nuevas conversiones forzosas (1497). Desde Portugal, y más tarde desde España clandestinamente, las familias Méndez emigraron a diversos destinos: Brasil, Holanda, Inglaterra, Italia, el Imperio Otomano y el Nuevo Mundo.
Destacan en primer lugar Doña Gracia Nasi (Mendes) y su sobrino José Nasi, quienes en el s. XVI lideraron la diáspora sefardí en el Imperio Otomano. En Inglaterra, además del mencionado poeta Moses Mendes, se recuerda a Fernando Mendes, médico personal de Carlos II, de origen portugués.
Apellido de tipo toponímico, indica procedencia de un lugar elevado o pedregoso (peña significa peñón o roca). Es frecuente en la onomástica española, pero su vinculación sefardí se da sobre todo en la forma compuesta "de la Peña" (incluyendo el artículo), usada por conversos y judíos medievales. En registros antiguos aparece sin la tilde (Peña/Pena) e incluso en portugués como Da Penha.
Hay constancia de conversos apellidados de la Peña ya en el siglo XV. Un caso notable es Fernando de la Peña, escribano público en Toledo, quien tras su muerte fue condenado "en estatua" por la Inquisición en 1486 debido a acusaciones de judaizar. Fernando murió antes del juicio, pero el Santo Oficio lo condenó post mortem "por el delito de la herética pravidad", ordenando desenterrar y quemar sus huesos en un auto de fe.
En Nueva España (México colonial) también hallamos portadores del apellido implicados en procesos inquisitoriales. Destaca el caso de Sebastián de la Peña, un criptojudío portugués avecindado en México que formó parte del célebre círculo del Luis de Carvajal "El Mozo". En las confesiones del proceso Carvajal (1595), se menciona que Sebastián de la Peña, junto a otros conversos como Sebastián Rodríguez y Tomás de Fonseca, "se comunicaron todos como judíos" guardando la ley mosaica en secreto.
Varias familias sefardíes conservaron o readoptaron este apellido tras abandonar la península. En la comunidad sefardí de Ámsterdam floreció la familia De la Penha, cuyo apellido portugués corresponde a "de la Peña". Esta familia se destacó en el comercio del siglo XVII; uno de sus miembros, José de la Penha, alcanzó fama por un suceso extraordinario: según crónicas, salvó la vida del rey Guillermo III de Inglaterra en un naufragio (1695), y en recompensa recibió un diamante de gran valor.
"Los apellidos sefardíes son más que meras etiquetas familiares: son testimonios vivos de la resiliencia de un pueblo que, a pesar de las persecuciones y el exilio, supo mantener su identidad a través de los siglos y continentes."
Esta sección solo muestra 5 de los 10 apellidos estudiados. Para conocer más sobre apellidos como Navarro, Ramírez, Zapatero y Vargas, y sus conexiones sefardíes, participa en nuestros talleres y conferencias.